viernes, diciembre 24, 2010

Año nuevo, objetivo: Dejar de fumar...porros

Fumar porros es algo parecido a tomarse un cubata cuando uno se va de fiesta, un entontecimiento agradable que ayuda a desinhibirse y a relacionarse con más facilidad con la gente de tu entorno. Ni más ni menos peligroso, puede que menos: no conozco ningún caso de gente que haya muerto por sobredosis de marihuana, sin embargo los casos de comas etílicos o muerte por ingestión de vómitos son muy numerosos (sobre todo entre estrellas del rock). Además el famoso "delirium tremens" ocasionado por el cese de la ingesta de alcohol de un adicto, no tiene nada que ver con el "mono" de un fumeta. El primero es mucho más peligroso y nocivo para el organismo. Estos argumentos consuelan bastante a los amantes del hachis.
Lo malo empieza cuando los canutos se convierten en un hábito diario del que sin darte cuenta comienzas a depender para funcionar con "normalidad". En el siguiente enlace podemos encontrar más de mil comentarios de fumadores que ya han pasado la fase de consumo esporádico y han entrado en la de consumo diario. No se lo pierdan, son muy instructivos:

Dejar de fumar porros

Y un librito para complemento

De las muchas miserias del porro y el porrero.Gilipollas es aquel que se hace daño a sí mismo pensando que está haciendo algo que le beneficia. Este es un libro contrario al uso y a la legalización del porro, pero tiene una particularidad: no ha sido escrito por un moralista, un terapeuta o un funcionario del Estado o de cualquier secta, sino por alguien que ha consumido porros y otras drogas.

La tesis de este libro es que el porro es un producto alienante entre otros muchos productos alumbrados para disfrute de la sociedad de lasas. Encierra demasiados riesgos y dudas como para aceptarlo frívolamente. Este libro contiene todo lo que vale la pena saber sobre el porro: su historia, su valor farmacológico, sus matices, sus efectos, los argumentos a favor y en contra, el porro como arma política. Luego, juzgue usted si vale la pena fumar porros o rechazarlos
FRAGMENTOS DE LA OBRA
I. INTRODUCCION
Que nadie se alarme por el título del libro, ha sido pensado para llamar la atención. Su atención. Es deliberadamente provocador con intención y voluntad educativa. El autor tiene claro que no todos los que fuman porros son gilipollas, ni todos los gilipollas fuman porros. Lo que ocurre es que la gilipollez –y, disculpen, pero todos ustedes saben lo que significa esta palabra- está instalada en nuestra sociedad; y si no lean las declaraciones de nuestra clase política o asómense a la pequeña pantalla, y verán. Por lo demás, suele entenderse por gilipollas alguien que realiza actos que le perjudican con la seguridad de que obtiene de ellos el mayor de los beneficios. Buena parte de los consumidores de porros entran dentro de este esquema(...)
Alguna estadística cifra en 6.400.000 los españoles que han consumido cannabis en alguna ocasión; 2.000.000 de personas lo consumirían habitualmente. El uso del cannabis está muy extendido, como puede verse. Puede pensarse que tanta gente no puede estar equivocada. Probablemente ocurra que el porro sea algo bueno, inofensivo e inocente y los gilipollas sean los que prevenimos sobre los riesgos que entraña su consumo. Y no. Hay algo en el porro particularmente peligroso: su aparente inocuidad. Pero no olvidemos lo esencial. El porro es un factor de alienación: altera nuestra personalidad. Como cualquier otra droga, el cannabis no deja que seamos lo que verdaderamente somos. Eso, que es incuestionable, ya constituye, de por sí, algo negativo.
Servidor esgrime como derecho para poder escribir estas páginas que conoce el tema. Lo confieso con modestia ante lo intrascendente del hecho: si, he fumado porros. Así que sé de lo que estoy hablando.
Llama la atención que existan dos revistas que difundan la cultura del cáñamo, cientos de artículos y textos antiprohibicionistas y apenas unos cuantos folletos editados por organismos estatales y unas pocas webs, a veces ligadas con sectas, contrarios a la difusión del cannabis. Los folletos transmiten poca convicción y en cuanto a las webs su calidad media es mediocre; hechas hace varios años y sin renovaciones periódicas, como si faltaran argumentos. Y es justo lo contrario: los argumentos en contra de la utilización masiva del cannabis, son muchos y multiformes. Así pues, existe un desequilibrio entre quienes están a favor de la legalización del porro (y por consiguiente, de su consumo) y los que están en contra (y por consiguiente, de la lucha contra el narcotráfico). Esta pequeña obra intentará contribuir a compensar tal desequilibrio.
Además existen otras motivaciones. Quien esto escribe tiene a bien no asustarse ante nada. A pesar de que no lo considera un particular timbre de orgullo, ha experimentado con las drogas más conocidas y también, por qué no decirlo, con algunas de las menos conocidas. El que esto escribe no fundamenta su posición contraria a la legalización del porro y a la masificación en su uso, en argumentos moralistas, religiosos o sectarios. Nuestra posición deriva de cierta lógica que iremos explicando en las páginas que siguen. Nuestra pretensión es que, ante la marea de escritos antiprohibicionistas, ustedes puedan conocer otra lógica y otros argumentos, a partir de los cuales, será su libertad la que decidirá si fuman o no fuman porros. Pasen y vean.

Editorial: Pyre;
ISBN: 84-933678-4-2;
Nº páginas: 123; Año edición: 2004

Blog del autor
Entrevista con el autor

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas haciendo lo mismo que hace el narco venderle tu libro al que consume payaso

Kornival dijo...

Si llegas a estudiar para tonto te licencias Cum Laude, como estudiaste para estúpido y desinformador aparte de engañabobos te quedaste en cutreblogger. Pedazo de mongo este pseudoescritor.

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